
René Magritte, genio surrealista
René Magritte (1898-1967) famoso pintor surrealista belga conocido por sus ingeniosas y provocativas imágenes, pretendía con su trabajo cambiar la percepción precondicionada de la realidad y forzar al observador a hacerse hipersensitivo a su entorno.
La vida de Magritte estuvo marcada por tragedias y entornos complicados, como el suicidio de su madre y la Segunda Guerra Mundial, ello modeló su pensamiento y su quehacer artístico significativamente. En cuanto a su personalidad, se caracterizó por ser muy fantasioso en su juventud; excéntrico, provocador y egocéntrico en su edad más adulta.
Se embarcó en varios movimientos pictóricos, siendo el Surrealismo donde más cómodo se sintió. Aunque en un principio se unió al manifiesto surrealista (década del 1940) de los fundadores, no encontró la fama, sino que ésta le vino a posteriori, en la década de 1960. Fue cuando sus trabajos ganaron popularidad en Estados Unidos llegando a ser muy influyentes en movimientos modernos como el Pop Art y el arte conceptual neoyorkino. Magritte realizó un catálogo de obras muy particular, su estilo es similar al algunos de los surrealistas del momento con los cuales coincidió cuando se fue a vivir a París en el año 1927, figuras como Breton, Dalí ó Miró. Vivió allí durante 3 años y más tarde regresó a su ciudad natal.
En toda su obra aborda temáticas relacionadas con el «mundo de los sueños» o la «asociación de ideas», del tipo “figurativo”. Sus cuadros contienen imágenes bastante ambiguas destinadas a la libre interpretación del espectador y está continuamente jugando con éste. No todo es lo que parece porque hay una pequeña brecha entre lo que pinta y lo que realmente significa su obra, los expertos le denominaron «realismo mágico». Un buen ejemplo es este conocido “Retrato de una pipa” donde más abajo nos aclara, o nos confunde: “Esto no es un pipa”.
Esta otra enigmática obra de 1928 «Los amantes»,muestra una pareja de hombre y mujer besándose, pero sin tocarse ni verse. Bajo este acto la comunicación entre la pareja está realmente obstaculizada por una barrera que no permite sentir, tocar ni ver al otro, además hablar con dificultad y escuchar poco. Algunos atribuyen estas figuras a la convivencia que llevaban los padres del artista, la marcada desafección del padre y la depresión de la madre
Las obras de Magritte son muy reconocibles a primera vista, ya que fue pródigo en la utilización de motivos recurrentes, algunos de ellos son: manzanas verdes, rostros cubiertos, sombreros de bombín, y la propia persona del artista retratado de mil formas.
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